¿Por dónde empiezo a poner orden en mi vida?

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Claves para que el día no parezca tener menos horas de las que tiene.

Aprovecha tu tiempo.

Hay veces que parece que la vida se pasa en un momento, tenemos montones y montones de cosas que hacer y el tiempo se nos pasa volando sin haber podido hacer todo lo que necesitábamos y para colmo de males llegamos a la cama destrozados.

¿Por dónde empezar a poner orden en tu vida?

Habitualmente podemos sentir que el día no tiene suficientes horas para todo aquello que quieres hacer, ya que no gestionas el tiempo óptimamente: no pones ningún orden en tu vida.

¿Qué hacer?

La ausencia de Organización Personal, el acumular actividades a todas las horas del día desordenadamente y el intentar atender todos los compromisos y actividades que te proponen puede convertir tu vida en un caos.

La clave está en participar de las actividades que REALMENTE te interesan y estar en aquellos sitios en los que REALMENTE quieres estar. La solución es seleccionar las actividades que más te interesan o que estaba obligado a realizar, y descartar aquellas menos interesantes o más accesorias. Existe una palabra para definir esto:

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PRIORIZAR

Permíteme que te lo repita a ti: solo hay una forma de organizarte de manera que puedas  realizar bien tu trabajo, tus tareas, participar de las actividades que realmente te interesan y estar en aquellos sitios en los que realmente quieres estar. Esa forma es priorizar.

Sólo liberándonos de las actividades menos importantes o interesantes podremos centrarnos y dedicarnos con pleno aprovechamiento a las que realmente son importantes para nuestras vidas. Este es un paso fundamental para nuestro crecimiento personal y dar curso a nuestra gestión del tiempo: ser capaces de discernir lo que realmente es importante en nuestras vidas.

Piensa sobre ello. Piensa cuántas cosas de las que haces a lo largo del día son realmente importantes para ti, son irrenunciables. Te sorprenderás al ver cuántas de esas tareas que ocupan mucho tiempo en realidad apenas nos aportan nada a nuestras vidas.

Tienes que sentarte un rato contigo mismo. Ver de todas las cosas que haces en tu vida cuales de ellas son imprescindibles y cuales no.

¡Mucho Ojo! Esto no significa que tengas que renunciar obligatoriamente a cosas que quieres hacer (en otro artículo hablaremos sobre a qué renunciar y a qué no) por el hecho de que no sean absolutamente imprescindibles. Por supuesto que podemos hacer muchas cosas en la vida, algunas imprescindibles y otras que aún siendo prescindibles, nos aportan en nuestra vida y deseamos firmemente realizarlas. No estamos diciendo que haya que renunciar a estas últimas.

Lo que queremos decir es que para dar curso a tu gestión del tiempo es necesario priorizar entres las distintas tareas que queremos acometer. Priorizar es elegir, dar más espacio en nuestras vidas y a unas tareas, y reducir la presencia de otras (e incluso eliminar en muchos casos)

ORGANIZAR

Vamos a dar unas pistas de qué poder hacer para organizar nuestra agenda diaria sin entrar en colapso.

Lo primero que vamos a hacer es tomar un papel y escribir lo que tenemos que hacer, también se puede usar una agenda, pero primero mejor un papel ya que la lista original seguro que terminará siendo otra.

Examínala detenidamente. Piensa en qué te aporta cada una de las cosas escritas. Piensa en que necesidad tienes de cada una de ellas

Trata de ordenarlas. Las más importantes al principio, las menos importantes al final. Hay varios criterios para ordenarlas, así que tendrás que poner al principio una combinación de esos criterios, normalmente por este orden: las que tengas mayor obligación de realizarlas (por ejemplo ir a la oficina), las que más te apetezcan (por ejemplo salir un día a la semana a cenar con familia o amigos), las que más te reporten (por ejemplo asistir a un curso o conferencia).

Una vez realizada esta organización veremos cuales de las tareas de la lista podemos delegar en otras personas, mira bien que seguro que más de una se puede delegar.

Hasta ahora tenemos la lista ordenada en prioridades, hemos delegado en otros algunas de ellas, con lo cual la lista habrá disminuido, y el siguiente paso es planificar cómo vamos a realizar las tareas, el orden que les daremos y más o menos el tiempo que nos llevarán. Por ejemplo si hay que ir a la oficina de correos calcular el horario para poder ir y que no esté cerrada, o si tenemos que terminar un trabajo y necesitamos imprimirlo para entregarlo, antes de ponernos a escribir como locos, deberemos cerciorarnos de que la impresora tiene tinta, a esto me refiero con planificar las tareas antes de realizarlas.

Finalmente repasa la lista ordenada:

  • Al principio de la lista tendrás tareas ineludibles, que seguramente tendrás que hacer todos los días.
  • A mitad de la lista tendrás actividades que podrías eludir, pero posiblemente no quieras. No te preocupes, no hace falta que renuncies, aunque quizás tengas que alargar algunas en el tiempo, espaciarlas, amoldarlas a la realidad del tiempo libre que te dejan las anteriores.
  • Al final de la lista tendrás las actividades que te son menos importantes, que te aportan menos. Por ahí deberías meter la tijera, para al menos recortar y espaciar estas actividades (si no puedes o no quieres suprimirlas)

Otro punto a tener en cuenta es no perder el tiempo andándonos por las ramas a menos que hayamos decidido que un rato al día será exclusivo para eso, que lo tengamos ya anotado porque no sólo del trabajo vive el hombre.

Pues con estas pequeñas claves podemos organizar nuestra agenda y aprovechar el tiempo del día al máximo.

Recuerda: para empezar a Organizar tu vida tienes que elegir, PRIORIZAR unas tareas frente a otras, llevando una óptima gestión del tiempo, y así decidir de una forma realista a qué tareas y actividades vas a dedicar el grueso de tu tiempo, a cuales el resto de tu tiempo y cuales sería preferible dejar para más adelante.

¿Cuándo hemos de acudir al psicólogo?

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Como sucede con el odontólogo o cualquier otro profesional de la salud, al psicólogo podemos ir sin necesidad de estar sufriendo una crisis depresiva ni de ninguna otra clase.

Acudir a un psicólogo por primera vez no es una tarea tan sencilla como podría parecernos a simple vista. Muchas personas pasan internamente por procesos difíciles y pueden verse asaltados por numerosas dudas respecto a solicitar ayuda a un psicólogo profesional.

Es interesante conocer cuáles suelen ser las preguntas y los pensamientos que antes de acudir a un psicólogo profesional uno suele hacerse a sí mismo y que nos desvelan las inquietudes que con más frecuencia se repiten. Asimismo veremos cómo ayudarle a sortearlas para no cronificar los problemas y evitar un malestar emocional innecesario. En todo caso ten en cuenta que puede

1- Dudas sobre la gravedad del problema

Cuando los síntomas de una enfermedad y el sufrimiento psicológico asociado causan un deterioro físico, laboral y social significativo es el momento de planteárselo seriamente. Es muy importante acudir lo antes posible a un psicólogo para no agravar la situación y que a la larga sea mucho más difícil erradicar el problema y mejorar su estado anímico.

2- Otras personas han pasado por lo mismo y han salido adelante

En este sentido cabría decir que con frecuencia nos encontramos con personas que se exigen por encima de sus límites y sus posibilidades reales. Para ellos acudir a un psicólogo puede llegar a despertar sentimientos de vergüenza o humillación por no poder solos. Con el fin de calmar su malestar les diríamos que puede resultarles conveniente y útil conocer que los recursos individuales de afrontamiento son variables entre las diferentes personas e incluso en una misma persona en diferentes momentos.

3- Nadie me puede ayudar

Muchas personas piensan que lo que ellos no puedan hacer por sí mismos, nadie podrá hacerlo. En parte es cierto y en parte no. Hay problemas que no son una cuestión de voluntad, querer no siempre es poder. Para llegar a este acto de voluntad primero hay que descubrir qué le pasa a uno e identificar aquellos elementos que contribuyen a recuperar la salud y el bienestar emocional. Existen fuerzas psíquicas inconscientes que el profesional ayuda a desvelar para poder tratarlos y que el propio paciente trabaje a su favor.

4- El tiempo lo cura todo

Esta es una de las falacias más extendidas y que está más arraigada está en el sentir popular. El tiempo no cura el dolor emocional. Es lo que cada uno hace durante el mismo lo que ayuda a que los sentimientos dolorosos que en un momento vital resultan ingobernables puedan elaborarse y transformarse en experiencias constructivas.

5- Miedo a la estigmatización social

Si bien en nuestra sociedad actual la figura del psicólogo cada vez resulta más familiar al hallarse presente en contextos escolares, laborales y clínicos también es verdad que acudir a un experto despierta temores hacia el qué dirán al ser descubiertos o a que esta información conlleve el rechazo social al quedar fácilmente etiquetados como “locos” o “débiles mentales” o incluso a que lo usen como arma arrojadiza ante los demás.

Sin embargo, a estas personas les diríamos que si bien la sociedad tiene una asignatura pendiente respecto a normalizar y comprender mejor lo que acudir a un psicólogo significa, ellos han de saber que no siempre los demás van a comprender nuestras razones. Acudir a un profesional evidencia dos cosas esenciales. La primera es que se puede pedir ayuda y que se tiene el suficiente grado de conciencia para saber que se padece un malestar emocional que te hace sufrir, y la segunda que se ha decidido valientemente usar todos los recursos disponibles para solucionarlo. El psicólogo es uno de ellos.

6- Miedo al cambio

Es importante mencionar a aquellas personas que saben a ciencia cierta que tienen un problema. Hallamos en estas personas más dificultades y temores para comprometerse con sus cambios personales, que conllevarían a acabar con su malestar.

No podemos mejorar sin cambiar, de lo que se trata es de saber cuál es el precio que pagamos si no lo hacemos y vislumbrar el beneficio que nos reportaría a nuestra vida. Una vida con menos sufrimiento o, al menos, un sufrimiento más soportable.

Finalmente comentarte que no hay una edad determinada para acudir a un Psicólogo, todo depende de las necesidades individuales.

Los niños pequeños pueden necesitar de la intervención de un profesional de la psicología, ya que en estas edades es posible que se presenten diversos problemas,  que cogidos a tiempo, tienen solución. Por ej: Pesadillas,Terrores nocturnos, Ansiedad de separación, Fobias, Hiperactividad, Fracaso escolar, etc.

En otras ocasiones, aunque no se puedan curar, si se puede ayudar a que el problema se lleve de la mejor manera posible, con el objetivo de que tanto el menor, como sus padres, tengan una mejor calidad de vida, enseñándoles como responder a las necesidades de su hijo.

Cuando llegamos a la adolescencia, el cambio hormonal que sufre el organismo  puede repercutir en el comportamiento hacia los demás, e incluso hacia nosotros mismos como cambios de actitud, pensamientos irracionales y/o alteraciones del carácter, que nos pueden llevar a buscar soluciones equivocadas o a fijarnos en modelos inadecuados.

Así, trastornos de la alimentación (Anorexia, Bulimia), fracaso escolar, alteraciones del sueño, dependencia de sustancias (alcohol,drogas,etc.), pueden implantarse en esta etapa y, si esto sucede, cuanto antes nos pongamos en manos de un especialista mejor, pues evitaremos que se vuelvan irreversibles.

Un escalón más en nuestra vida es cuando alcanzamos la madurez. Esta etapa coincide con la incorporación al trabajo, y  la formación de una familia. Las prisas, el estrés, la ansiedad, etc., pueden aparecer en nuestro modelo de vida, y su implantación nos lleva a estar incómodos, y a incomodar a los que tenemos cerca. Buscamos la forma de que nos escuchen, pero esto no siempre se consigue y entonces nos escondemos en nosotros mismos sin encontrar solución, o  al menos eso pensamos, porque si acudimos a un terapeuta, este nos guiará por el buen camino, con Terapias y Técnicas adecuadas a nuestro caso particular.

En la última etapa de la vida, cuando no hacemos mayores, las circunstancias cambian, llega el momento de la jubilación, en ocasiones de la despedida de seres queridos. También nuestro cuerpo sufre trasformaciones: menopausia, alteraciones del sueño, enfermedades propias de la vejez.

Pues también a esta edad, si lo necesitamos, debemos ponernos en manos de un profesional, para que nos ayude a superar todas nuestras dudas, y nos aconseje sobre como ser más felices.

PSICOLOGÍA MÁS FÁCIL. LLÁMANOS, TE AYUDAMOS A AYUDARTE!!

 

El miedo al compromiso

 

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Me atrevería a asegurar que todos, en algún que otro momento de nuestra vida, hemos experimentado el miedo al compromiso. Ya sea antes de casarse, de firmar un contrato o de pedir una hipoteca. De cierta forma este sentimiento de aprehensión es normal ya que percibimos que, de alguna que otra manera, estamos coartando nuestra libertad. ¡Y es así! Usualmente cuando nos comprometemos con algo o alguien, estamos limitando nuestra libertad en algunos aspectos pero los beneficios (materiales en el caso de un puesto de trabajo o emocionales en el caso de la pareja) bien valen la pena.

Además, casi siempre el compromiso implica ir un paso más allá del círculo de comodidad que nos hemos construidos. El compromiso casi siempre implica un cambio y todos tenemos cierta resistencia al mismo. Sin embargo, existen personas que sobrepasan los niveles de temor considerados normales y casi llegan a sentir una verdadera “fobia al compromiso”.

Antes de seguir hablando sobre el compromiso con uno mismo, el compromiso personal,  os presento un cuento sobre el compromiso:

La princesa y la piedra

Cuenta una vieja leyenda mexicana, muy anterior a la gran emigración de los viejos padres al sur para fundar la gran ciudad de Tenochtitlán, que había un gran reino nauha cuyo rey no encontraba la felicidad completa. Esto se debía a que su hija primogénita no aceptaba a ninguno de sus pretendientes como futuro esposo. Izel, era el nombre de la princesa, que en azteca quiere decir “la única”, y su belleza estaba a la altura de tal calificativo. Tenía una hermosa piel morena, tostada por el dulce sol y una ondulada melena negra que hacían que sus hermosos ojos azules, tan azules como el gran mar en reposo, cautivaran a cualquiera que los mirase. Pero la princesa era infeliz, ya que, consciente de su belleza y de la inmensa riqueza de su padre, sabía que la innumerable sucesión de pretendientes que cada día llenaban el gran salón de palacio sólo buscaban llenar sus ansias de avaricia y lujuria.

Una mañana gris y oscura, en la que el sol no quiso salir, el rey nauha se dirigió serio a su hija y le dijo:

“Izel, querida niña, te quiero más que a nada en este mundo, y jamás haría nada que te hiciese infeliz, pero tenemos una obligación con nuestro pueblo. Tú puedes llegar a ser una gran reina, pero debes continuar nuestro linaje y para ello necesitas un esposo”.

«Lo sé padre, pero tú me has enseñado a vivir con amor, y lo que veo en los ojos de los hombres que piden mi mano es sólo un afán desmedido de poder y de fortuna.»

«Tendremos que buscar una solución» – respondió el anciano rey. Izel agachó la cabeza.

«Habrá que buscar la forma de conocer las verdades intenciones de tus pretendientes.» – La joven princesa miró a su padre con sorpresa.

«Publicaremos un edicto: cualquiera que quiera pedir tu mano, previamente te tendrá que enviar un regalo…»

«¿Un regalo?»

«Pero no un regalo cualquiera» – continuó el rey – «sino el regalo más valioso, más tierno y más sincero a la vez.»

Dicho y hecho. El edicto se público y el gran salón del palacio se vació de pretendientes, para llenarse de todo tipo de presentes: piedras preciosas, brillantes vasijas de oro, sortijas y collares, hermosos poemas de amor, flores y maravillosas obras de arte. Izel se paseaba entre ellos sin demasiado entusiasmo cuando uno acaparó su atención. Se trataba de una sucia y fea piedra, pequeña como una nuez. La princesa preguntó a sus sirvientes si se traba de un error, pero ellos, al consultar la relación de los regalos recibidos confirmaron que lo había enviado un tal Teotl, a quien ella ordenó llamar inmediatamente.

Izel estaba tan intrigada como ofendida por aquel regalo, cuando llegó a palacio aquel desconocido. Teotl, que en azteca quiere decir “energía”, era un joven campesino, alto y fuerte, de unos ojos negros y brillantes, que cuando se presentó ante la hermosa princesa lucía una amplia y sincera sonrisa.

«¿Por qué me habéis enviado este regalo tan horroroso? ¿Eso es lo que pensáis que me merezco?» – pregunto airada la princesa.

«Permitidme que os lo explique princesa, esta piedra representa lo más valioso que yo os puedo regalar: mi corazón. Es también un regalo sincero, ya que como todavía no os pertenece, aún está duro como una piedra. Pero cuando se llene de amor por vos se ablandará, y se convertirá también en el regalo más tierno que os pueda hacer.»

El joven Teotl se retiró tranquilamente dejando a la princesa asombrada y completamente enamorada de él. Desde aquel día, y durante meses, lzel le envío a diario maravillosos y carísimos regalos al joven campesino, y no se separaba ni un segundo de la negra piedra esperando que se ablandara. Pero el corazón Teotl, al igual que la pequeña roca, seguía duro.

El tiempo pasaba sin ninguna novedad, y la princesa completamente desanimada, rompió a llorar y arrojó la piedra al fuego. En ese momento vio como la piedra, al contacto con las llamas, comenzaba a deshacerse, y bajo las cenizas aparecía un pequeño, pero precioso corazón de oro. Y lo comprendió todo. Tenía que ser como el fuego, y aprender a separar lo importante de lo superfluo. Entonces tomó su caballo y galopó hasta la casa de Teotl, donde el campesino estaba trabajando sus tierras. Izel bajó del alazán, y miró con ternura los negros ojos del joven.

Se acercó a él y sin dejar de mirarle dijo:

«¿Damos un paseo?»

El joven dibujó en su cara una amplia y sincera sonrisa, y respondió: «Llevo meses esperándolo.»

La “fobia o miedo al compromiso” se llega a convertir en una actitud ante la vida, dando lugar a una persona que rehúye constantemente de sus responsabilidades y tiene pavor a comprometerse, lo mismo con una causa social que con una relación de pareja. En cierta medida, este tipo de actitud recelosa y conservadora está determinada por una educación demasiado protectiva y permisiva. Cuando la persona ha crecido disfrutando de una sensación de bienestar casi permanente a cambio de casi nada y con muy pocas obligaciones y restricciones; es muy probable que desee mantener este estado de cosas también en su adultez.

Por ello, muchos jóvenes de hoy en día vivencian un gran miedo al compromiso e incluso no desean hacerse responsables de su propia autonomía, ya sea física o emocional. Indudablemente, tener a otra persona que se haga responsable por ellos es mucho más cómodo que asumir las riendas de la vida, equivocarse y pagar por los errores.

Detrás del miedo al compromiso se esconde esencialmente una gran brecha entre las demandas del medio y los recursos psicológicos de la persona. Es decir, la persona que no desea comprometerse vivencia la situación como desbordante y no sabe cómo hacerle frente. Por ende, elige la solución más sencilla: escapar a su círculo de comodidad.

Quien teme al compromiso es esencialmente una persona insegura, que no confía en sus capacidades o que ni siquiera las conoce. Por supuesto, si toda la vida alguien ha resuelto los problemas por nosotros, ni siquiera sabremos que somos capaces de resolver una situación problemática.

Otra peculiaridad psicológica que caracteriza a la persona que no desea comprometerse es la falta de iniciativa y de coraje. Todos tenemos miedo al cambio, a comprometernos con ciertas situaciones y dudamos de nuestras potencialidades pero al final logramos vencer estas barreras. Sin embargo, quien tiene miedo al compromiso no es capaz de lanzarse en esa nueva aventura y prefiere quedarse con lo que ya conoce.

La mezcla de miedo al cambio y al fracaso, la inseguridad en las potencialidades personales, el escaso conocimiento de sí mismo y una actitud conservadora son los factores que se conjugan y se convierten en causas más o menos directas del miedo al compromiso, sea cual sea el ámbito en el cual este se manifieste.

Sin embargo, debemos recordar que el miedo al compromiso tarde o temprano se convierte en un obstáculo para lograr nuestro desarrollo como personas y para alcanzar nuestras metas y sueños. Todo objetivo que realmente vale la pena demanda grandes dosis de pasión y compromiso.

Así, el miedo a comprometerse al final se convierte en miedo a la vida.

Llámanos, aprende a superar esos miedos!!! ¿te apuntas?

Ser Uno Mismo

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Existen mil caminos para amar y ser amado y cada quien encontrará el suyo si se escucha a si mismo. No permitas que nadie te imponga su camino.

Me parece que nos falta valorar lo maravillosamente único que somos cada individuo, seguimos viendo y aceptando diversos procesos que tratan de hacer a todo el mundo igual.

«Cada camino es únicamente uno en un millón de caminos”. Por lo tanto, siempre debes tener en mente que un camino es sólo un camino.

Si sientes que en este camino debes seguirlo, no necesitas dejar de seguirlo en ninguna circunstancia.

Cuando nos preguntamos quienes somos y hacia donde vamos … o cuando nos pasan fuertes cosas que no comprendemos … es el principio del sendero interno.

La fatiga es síntoma frecuente, entre quienes comienzan a indagar en si mismos, a buscar. En realidad, no es cansancio, sino una especie de “hastío o no va mas” de no ser uno mismo.

No ser quienes en verdad somos, implica un trabajo extenuante. La persona autentica no disipa su energía interior en contradicciones. Su rectitud consigo misma reduce los conflictos psíquicos y se siente viva, llena de ímpetu.

Cuando somos genuinos no importa el que dirán, pero es muy importante ser asertivo, querer a los demás y ayudar al prójimo. Ser uno mismo es saber que uno siempre necesita ayuda y cuando se la dan, dar las gracias de corazón como si fuese el favor más grande del mundo. Ser genuino es contar un chiste malo y avergonzarse por que nadie se rió. Es saber que uno es medio feo pero tampoco es que es horrible, es mas, uno como que es hasta bonito. Es saber que sencillamente la vida hasta que se demuestre lo contrario es una sola y hay que vivirla a plenitud, como si ayer fuera hoy y mañana es una esperanza cierta de convertirse en ayer.

¿Quieres que caminemos juntos un rato? Llámanos!!!

Piedras en el camino

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En el camino nos encontramos con muchas piedras, algunas las sabemos ver de lejos y las podemos saltar, otras veces sin llegar a verlas a tiempo podemos llegar a sortearlas, pero hay piedras que llegan de improvisto y te dejas la piel en la caída. De todas las caídas se aprende  y cada una aporta algo al levantarte. Pero lo mejor de todo es que detrás de un mal tropiezo puede aparecer una buena mano que haga del levantarse algo un poco más fácil.

De todas formas me encantaría ser alguno de ellos para sortear todas las piedras sin problemas.

 

Sobre la amistad: las cosas no son como son, Son Como Somos…

Tradicionalmente se ha buscado el secreto de la felicidad en la salud, el dinero, el amor, la juventud, pero… ¡realmente ninguno de estos factores por sí mismos trae la felicidad! Las investigaciones, sin embargo, han acabado encontrando un factor que sí que se relaciona muy directamente con la felicidad: es la amistad. Esto es así porque la base de la felicidad y el bienestar son los lazos afectivos que nos unen a otras personas. El ser humano es sin duda un ser social, y en este contexto el poder de la amistad es enorme.

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Beneficios de la amistad

La amistad cumple una función de apoyo social ya que genera sentimientos de pertenencia y aceptación. Esto incrementa la percepción del apoyo social y por consiguiente del ajuste personal lo que hace que incida de manera beneficiosa sobre la salud. El sentimiento de partencia a un grupo hace que se tengan más habilidades de afrontamiento, que se den sentimientos de auto-eficacia y que haya una satisfacción en las relaciones sociales.

Un interesante estudio (Casnuel, 1976) declaró que la satisfacción de las relaciones interpersonales iban relacionadas con el estrés y con los diferentes impactos negativos de la vida. Esto es; tener buenos amigos disminuía la probabilidad de estar más ansiosos por los diferentes problemas diarios, concluyendo que el apoyo social es un buen promotor del bienestar físico y psicológico del individuo.

4 características de la amistad sana

Para el conocido psicólogo Carl Rogers, la amistad es una relación afectiva basada en la comunicación, la comprensión, el apoyo mutuo, el afecto y la armonía entre sus miembros. Este autor considera cuatro características básicas de una amistad sana:

  1. Autenticidad, es decir, tiene que expresar claramente el modo de sentir sin máscaras ni reservas.
  2. Cordialidad, que consiste en aceptar y considerar de forma incondicional sin pretender que los demás hagan lo que uno quiere.
  3. Empatía, la capacidad de comprender lo que la otra persona siente. A veces no hace falta las palabras.
  4. Disposición de apertura hacia el otro, de compartir de puertas para afuera.

Cultivar la amistad

Si queremos incrementar nuestro bienestar, una de las maneras más eficaces para lograrlo es cultivando la amistad. ¿Cómo hacerlo? Siga estos 4 consejos prácticos:

  • Dedica tiempo a cultivar la amistad. Hay que aumentar el tiempo que dedicamos y compartimos con nuestros amigos, sobre todo con los de siempre, los más íntimos. Hay que intentar mantener el contacto; para esto las redes sociales de Internet son muy prácticas.
  • Aprende a mejorar la comunicación y escucha a los demás. Podemos ir a un taller de técnicas de comunicación, pero lo más importante es aprender a compartir mejor los sentimientos y las emociones; ¡hay que esforzarse en incrementar la empatía! Es muy probable que con todo esto logres, quizás sin proponérselo, tener nuevos amigos.
  • Se agradecido, demuestra admiración y afecto con sus amigos. Conviene cuidar las palabras, los gestos, los sentimientos y, sobre todo, los detalles.
  • Ten lealtad hacia sus amigos, ¡esto es muy importante! Hay que apoyar a las amistades no solo en los momentos difíciles, sino también en sus momentos de éxitos. Destierra lejos la envidia, alégrese sinceramente por los éxitos de sus amigos

Desde el punto de vista de la psicología la personas que tienen amistades sanas son más felices y tienen menos enfermedades. La amistad te cura el alma.

¿Caminamos hacia nuestro yo más optimista?

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Las personas más optimistas tienden a interpretar los hechos negativos que les pasan como temporales y controlables, mientras que las personas más tendente al pesimismo como estables y no controlables.

¿esta manera de percibir las cosas que nos pasan es modificable?

Antes de darte la respuesta, según lo que la investigación en Psicología nos enseña, me gustaría que contestaras sinceramente a esa pregunta. No lo que contestarías a los demás o comentarías a amigos, si no lo que de verdad piensas. Es cierto que de manera natural, heredada, tendemos más cada uno de nosotroshacia un estilo u otro, esto nos influye aproximadamente entre un 35 y un 50%. Pero la buena noticia es que aún nos queda mínimo un 50% que sí depende de nosotros, más concretamente de lo que hacemos o no hacemos, pensamos o no pensamos, sentimos y no sentimos. Y eso sí que podemos trabajarlo activamente, depende única y exclusivamente de nosotros.

En este sentido, el cambio no es difícil… sí que requiere persistencia en el tiempo. Igual que cuando nos apuntamos a un gimnasio nos lleva un tiempo ponernos en forma y con los músculos definidos, mentalmente es así también. Y de igual manera, cuando dejamos de ejercitarnos poco a poco los músculos vuelven a tener un aspecto poco trabajado, cuando dejamos de cuidar nuestros procesos mentales volvemos progresivamente al estadio anterior.

En todo caso, para poder seguir nuestro camino en la vida hemos de conocer de donde venimos… Para conseguir eso hemos de quitarnos la mascara social, que tiene que ver con la protección de ese mundo social y de todos los ataques a la intimidad. Hay que conocer el mundo exterior y con quien estamos antes de revelar nuestro mundo interior.

El proceso del que hablo es más interno y me refiero a la «mascara personal». Aquí ya empezamos con el proceso de desenmascararnos. Empezamos a mostrar la parte interior de nuestro ser. Y que tristeza para aquel que no tiene con quien quitarse la mascara. Porque no tiene en quien confiar, y por consiguiente, no tiene con quien mirar su cara. Y porque no tiene con quien mostrar su cara todo su contacto social se limita a la superficie y a la apariencia. Es un ser sin confianza en otros, y por ende, sin relaciones profundas de intimidad.

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Observarse el propio camino puede implicar dolor, pero el objetivo de esa mirada NO es el dolor en si mismo, sino el reconocimiento para poder seguir caminando por la vida.

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El error es que, «demasiadas veces», nos quedamos detenidos en ese dolor y no avanzamos.

Te propongo un pequeño JUEGO – EJERCICIO POSITIVO PARA EJERCITAR EL ESTILO OPTIMISTA

En esta ocasión me gustaría proponerte un ejercicio para avanzar hacia el estilo optimista y positivo. Se llama Reflexiones al anochecer, o “el caramelo de cada día”.

Todas las noches antes de acostarte, en lugar de pensar en los problemas que has tenido durante el día o que te esperan al día siguiente, tómate unos minutos para recordar o saborear los buenos momentos del día, como si fuera un caramelo que estás degustando, recreándote en él y en su delicioso sabor.

En este momento, se produce una intensa interacción entre la mente consciente y la subconsciente. Si pasas estos momentos pensando en los aspectos más felices y gratificantes del día y concentrándote enpensamientos positivos, los sentimientos positivos tenderán a ser más duraderos e incluso se pueden trasladar a la fase de sueño. En lo que se refiere al tema del artículo, si eres constante en la práctica (esto significa hacerlo al menos durante 2-3 semanas todas o casi todas las noches) irás adquiriendo un estilo más optimista de pensar.

Como ves, no es un ejercicio para provocar un optimismo vacío de pegarse golpecitos en el pecho…¡está basado en nuestra propia realidad! Todos los días nos pasan cosas buenas, neutras y negativas. Si aceptamos las negativas y nos focalizamos en las positivas estamos cultivando nuestro lado más optimista. No dudes en probarlo y comentarnos debajo de este artículo cómo ha ido.

Seguro que puedes, adelante… Si necesitas un compañero para iniciar el camino no dudes en llamarme, ese soporte puntual para retomar el rumbo en ocasiones es necesario.

Coaching para la vida diaria: coaching para ti

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Hay momentos en la vida en que ocurre algo que te hace cambiar de punto de vista, de perspectiva, de sentimientos o de emociones. Algo pasa que te abre un sinfín de incógnitas por resolver, llenándote de un sentimiento cálido del cual no sabes muy bien qué esperar o pensar. De repente empieza la búsqueda. Y como por casualidad, o a través de “coincidencias”, que en realidad son causalidades, las cosas se van alineando para llegar a un lugar aparentemente desconocido o poco claro.

¿Te ha pasado alguna vez que por sorpresa te cae un libro en tus manos y da la respuesta que estabas buscando? ¿O que de repente te encuentras con un viejo conocido y te propone la oportunidad que necesitabas? ¿O recibes una llamada telefónica de la persona con la que estabas pensando en aquel preciso momento? Estas son situaciones que normalmente llamamos “coincidencias” o golpes de suerte. Sin embargo, a estos hechos se les puede encontrar un sentido y aprender a sintonizar con tu  camino personal por la vida.

En PSICONTIGO vas a descubrir el coaching como una de las maneras más eficientes y útiles del mundo para que vivas la vida que deseas vivir.

Tal vez sepas lo que es el coaching, tal vez te suena pero no puedes definirlo muy bien, o tal vez sea algo totalmente nuevo para ti. 
Lo importante del coaching, no es la palabra, ni tampoco es algo nuevo. Ya en la Grecia clásica se utilizaba bajo distintos nombres. 

Al fin y al cabo, ¿Qué es un coach? Una persona que se convierte en un puente entre lo que eres o tienes hoy y lo que te gustaría ser o tener.

En nuestro centro nos basamos en el crecimiento personal utilizando herramientas del Análisis Transaccional (AT), Programación Neurolingüística (PNL) y apoyándonos en el model GROW.

Una metáfora útil para el modelo GROW es el plan que se puede hacer para un viaje importante. En primer lugar, comenzar con un mapa: Con esto, usted ayuda a las personas a decidir dónde van (sus objetivos) y establecer donde están actualmente (su realidad actual). A continuación, explorar distintas formas (las opciones) de hacer el viaje. En el último paso, el establecimiento de la voluntad, se asegura el compromiso de los miembros del equipo para hacer el viaje y se preparan para las condiciones y obstáculos que se pueden encontrar en su camino.

GROW, curiosamente, significa crecer en inglés. Sin embargo, su verdadero significado está en sus siglas: Goal (meta), Reality (realidad), Options (opciones) y Will (voluntad) Estas cuatro “llaves del éxito” son los pilares en los que se sustenta este esquema para cambiar la vida de las personas.

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El modelo GROW fue diseñado por Graham Alexander, aunque fue John Whitmore quien le dio la popularidad que tiene hoy en día, encargándose de difundirlo en miles de textos y seminarios alrededor del mundo.

GOAL (Meta)

Objetivo: definir y establecer una meta a alcanzar

Preguntas del «coach»: ¿Cual es tu reto? ¿Cual es tu objetivo? ¿Como sabrás que has alcanzado tu meta?

REALITY (Realidad)

Objetivo: describir y examinar la situación actual del coachee y la distancia que lo aleja de su reto.

Preguntas del coach: ¿Cual es tu situación actual? ¿Qué te falta para alcanzar tu reto? ¿Qué dificulta tu camino?

OPTIONS (Posibilidades)

Objetivo: considerar las opciones que se presentan para superar las limtaciones; medir las posibilidades que existen

Preguntas del coach: ¿Qué opciones tienes? ¿Cuales son los pros y los contras de cada opción?¿Qué factores tienes que tomar en cuenta? ¿Existen otras alternativas que podrías considerar?

WILL (Voluntad)

Objetivo: establecer un plan de acción detallado y un timing para motivar al coachee y comprometerle

Preguntas del coach: ¿Cuales son los siguientes pasos? ¿Cuando empezarás?¿Cómo medirás tus avances?¿Qué harás para superar los osbtáculos que se te puedan presentar?

¿CUANDO QUIERES EMPEZAR? HOY ES EL MEJOR DÍA!!!!

El «Ego»: la vanidad que nos pierde a veces

¿QUE ES EL EGO?

Llamamos EGO, a nuestros defectos, pasiones, ira, orgullo, gula, envidia, lujuria, venganza, etc., etc., etc., y todo aquello que cargamos en nuestra psiquis, que nos domina nuestra personalidad por completo, haciéndonos esclavos de si mismos…

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Para mayor explicación diremos que el humano solo utiliza un 3% de su conciencia, el otro 97% esta embotellado en el Querido Ego, el lo mantiene dentro de si, sin poder salir y ser libre; en realidad auque tu digas que eres libre porque haces lo que quieres, estas atado, esclavo de eso que llamamos Ego…
Ser libre en verdad no es eso, la verdadera libertad es no tener ataduras a este mundo ni a nada… eso es la verdadera felicidad, cuando eliminamos ese Ego, somos felices porque estamos con Dios, reinando en su infinita felicidad…
Es posible alcanzar la perfección; eliminando el Ego es posible; haciéndonos 100% concientes, liberando la conciencia, esencia o alma del ego es posible…

 

SUGERENCIAS PARA SUPERAR EL EGO Y LA VANIDAD EXCESIVA:

  1. Intenta conocer tu ego y      determinar cuando ese ego influye y domina tu vida. Pregúntate: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo verdadero?. A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo. Es muy      importante aqui trabajar el tema de la inteligencia emocionl. Saber reconocer sus sentimientos, su necesidad de reconocimiento es muy importante para saber salirde ese egocentrismo.
  2. Empieza a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre «yo». Las personas con este problema siempre  comienzan una frase con: «Yo he hecho…» «Yo he pensado…» «Yo he comenzado…» Seria bueno utilizar el plural: «Hemos hecho, hemos pensado….». Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.
  3. Considera a tu ego como una entidad que te acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a tu lado. Trata de convencerte de que es mejor, de su/tu superioridad respecto de otros, y de que es «especial». Él quiere que te sientas ultrajado cuando recibes un trato incorrecto, cuando te insultan, cuando no te alaban, etc. Si notas alguno de estos síntomas hemos de actuar.
  4. Escucha a los demás y no te centres en tí mismo. Durante las conversaciones, concéntrate en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responde con una frase que empiece por «tú, usted». Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir que participe el reconocimiento del «otro».

El ego nunca permanece igual. Por ello, decimos que es una ilusión. Todas las cosas cambian permanentemente, evolucionan y se transforman en algo más. El yo entonces, tiene una existencia falsa incesantemente interactuando y cambiando dentro de un medio ambiente falso. La comprensión intelectual no es suficiente. Debemos comprobarlo directamente pero esto es difícil porque estamos emocionalmente apegos a la percepción del yo o ego. Esto es lo que llamamos aflicciones o molestias y la única forma de eliminar los lazos que nos unen a nuestras aflicciones y apegos es la práctica.

Adelante, tú puedes!!!

¿Viernes, fin de semana?

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En la variedad está el gusto. Si escribimos en google «fin de semana perfecto»aparecen más de 30 millones de resultados. Escaparse a la playa o a la montaña, montar a caballo, visitar museos y exposiciones, hacer excursiones, rutas guiadas o puenting son solo algunas de las opciones que nos ofrece Internet. Sin duda son planes muy atractivos y demandados, pero no siempre están a nuestro alcance.

¿Cómo disfrutar al máximo de nuestro merecido descanso después de una intensa semana de trabajo, estrés y preocupaciones sin huir de casa ni gastar dinero? ¿Qué da verdadero valor a nuestro tiempo de ocio?

Habitualmente el fin de semana continuamos trabajando a pesar de encontrarse física y mentalmente agotados. A continuación algunas recomendaciones para hacer más llevadero el verano en la ciudad:

  1. Contactarse con la naturaleza: Los últimos estudios confirman  que  pasar un tiempo fuera de la civilización nos equilibra, mejora el ánimo y estimula la concentración. Salir del bullicio de la ciudad por unos momentos, visitando algún parque o cerro nos ayuda a relajarnos y sentirnos más libres.
  2. Respirar hondo: Las emociones y los pensamientos se ven influenciados recíprocamente con la respiración. Cuando estamos estresados respiramos corto y agitado, estimulando menor oxigenación del cerebro. Para lograr descansar debemos procurar respirar ampliamente facilitando así que el cuerpo tenga suficiente oxígeno para reponerse. Hacernos consciente de la manera que respiramos en lo cotidiano nos ayudará a relajarnos progresivamente desde el cuerpo.
  3. Dejar  tiempo en el día para hacer algo que realmente nos gusta: Descansar es mucho más que no estar trabajando o dormir, implica una renovación de energías y un cambio de mentalidad. Para esto es necesario dejar un espacio diario para el esparcimiento y el cuidado personal, algunas de estas actividades  pueden ser: reunirse con amigos, realizar algún hobby o deporte, asistir a algún evento, meditar, etc.
  4. Visitar un lugar en el que nunca hayas estado en la ciudad: Lo que hace que podamos reposar en vacaciones es el hecho de cambiar la rutina y realizar las cosas de manera más pausada, pero eso lo podemos hacer incluso sin estar de vacaciones. Abrirse a la experiencia de ser un turista en tu propia ciudad puede ser  toda una aventura.
  5. Ver menos televisión: Muchas personas asocian la televisión o internet con descanso, pero la mayoría de las veces es una evasión más que un verdadero aporte para la calidad de vida que tenemos.  Preocuparse de no pegarse horas frente a una pantalla y realizar actividades que estimulen la conexión, ya sea con nuestro cuerpo, con otras personas o con nuestro entorno, colabora ampliamente a la satisfacción y a la recuperación de nuestras fuerzas.

Recordemos que descansar tiene más que ver con una actitud que con el medio externo. Todos tenemos la capacidad de tomarnos las cosas con calma, tomar una actitud positiva y realizar pequeños cambios en la vida diaria por nuestra salud física y mental.